Planeé mis
viajes a las profundidades en altamar sin haber pisado jamás un bote. Siendo
terrible ignaro del izamiento de velas dibujé en la imaginación una flotante
ciudad que no podría más que naufragar por su propio peso.
Es una
historia que llevo repitiendo varias veces ya.
El mismo error por Amor a un sueño soñado a destiempo.
El mismo error por Amor a un sueño soñado a destiempo.
Un logro no
tan difícil si acaso fuera yo impulsivo. Sin embargo me siento orgulloso de
abandonar la carga. Tantas veces.
Hace no
mucho tiempo en tierras de Morfeo volví a abandonar este cuerpo y mis latidos
cesaron una vez más. No fui yo quien despertó en amarguras esta vez. Mis últimos
suspiros fueron custodiados por mi familia. La familia que vivo y disfruto. Y la
que no.
Los
detalles aunque inexactos fueron suficientes para cincelar el mensaje. Y después
de un par de lagrimas pobres y conmemorativas empecé a soltar de a poquito los
amarres de este anhelo a destiempo.
Tan así que
se volvió utópico y silencioso. Sobre todo silencioso.
Necesite un
par de horas reloj a solas con veneno para dejar decantar todo esto. Porque ya
no quiero mentir más. Mentirme más. Con falsos inicios o amagues de corregir el
curso.
Siempre
supe mentirme muy bien. Obviamente también supe hacerme el pelotudo cuando convenía.
Un par de
solitarios puchos alcanzaron y al ser firme conmigo mismo abrí esas manitos
chiquitas y deje volar las metas, las ganas y los llantos ahogados.
No tiene
gracia preguntarte todo, tengo que aprender a leer el universo- dije hace poco.
Y creo que el primer párrafo de esta
prosa cósmica y universal fue un frenazo antes de terminar mal.
Teóricamente
somos todos un Muy Bien 10! Con carita
de galleta. Sin embargo sobran enojos y reclamos, ruedas que no giran y muertos que no se callan. Felicitaciones! Fracasos disfrazados…
Estoy
aburrido de humanizar tanto a veces.
Por
supuesto que todo tiene consecuencias y si no fui claro es por mi culpa. No es
que quiera desmerecer a los personajes que acompañan pero acá el protagonista
soy yo.
Me voy a
quedar sentado en la arena, con los pies descalzos y el escaso y finito pelo
que me queda a merced del viento (placebo de libertinaje) observando sin envidias
las ajenas embarcaciones siendo abrazadas por las olas de este mar sin sales.
En tinta
gris y con honor.
Love is
destructive.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario