2/18/2013

Hija Noble.-


Hallase quién relata en aquel entonces ocupando su lugar de preferencia, ese que me permite contemplar la población a pesar de mi diestra ausencia de visión, relajándome y regando mis profundos estados de paz y amplitud para recibir con el honor que se merece el vestigio de Dios, cuando atraviesa la puerta principal la figura de quien a último momento se suma a las huestes de oradores y soldados de este ejercito desarmado.

La amplitud de mi pecho se desató y galopa el miocardio como corcel en carrera de huída sin rebenque ni limites. Sus facciones claras, simples y perfectas irradian inocencia y curiosidad, su voz vuela sobre el aire tibio y no puedo no enamorarme por algunos segundos de la magnificencia que yace en la torpeza de sus pasitos atolondrados.
Desconozco su identidad, señora de último momento, y el porque de mi íntimo yo siente la necesidad postrarse a sus pies y rendir culto y respetuosa reverencia. No soy digno de clavar mis manchadas pupilas en las lunas oculares de esta reina no reconocida, sin embargo ansío examinarla y adentrarme en su mente como lo he hecho en tantas ocasiones, con tantas personas.
A pesar de lo expresado no lo hago. No porque no me lo permita, la razón es que su presencia me empuja a reconocerme ínfimo, diminuto, imperceptible y avergonzado de ser ajeno a la realeza de su altura y categoría. Pobres y ricos no cenan en la mima mesa.

Los ritos iniciáticos comenzaron y la atención y predisposición de la manifestación divina es total. Por mi parte no he podido despegar mi conciencia de la curiosidad y admiración por la forastera cuyo nombre y linaje aun desconozco. Me veo obligado por la nobleza que me rige a esforzarme por no generar incomodidades u ofensas asi que hice uso de mis artilugios pulidos durante mis años de robo, mentiras y estafas para espiar oculto a plena luz y en presencia del mundo.
¿Cómo puede gritar tanto sin decir una sola palabra? ¿Quién es y a quien responde semejante presencia, capaz de silenciar al sicario y alimentar misterios sin un solo gesto?

Hallé en sus patrones óseos coincidencias y similitudes con almas que distan de mi presente, aun así el recuerdo no es contemporáneo, lo cual sería confirmado a su debido tiempo.
Siento vergüenza por no servir fanfarrias y trompetas al paso noble de su majestad. No ignoro cuan equivocado estoy al alojar estos sentimientos sin embargo mi pecho siempre fue independiente y clama su lugar revolucionario.
Si tan solo fueran otros tiempos realmente podría rendirme posando mi zurda rodilla en el suelo frío y ofrecer mi coronilla, mostrando las palmas y desarmado como debe ser, pero siendo la sociedad en la que vivo en esta ocasión lograría no mas que avergonzar a la damisela y provocar confusión en los presentes.
Debo conformarme con respirar el aire que compartimos y esquivar su mirada, por miedo a evidenciarme indigno, por supuesto.
Profeta o reina tal vez, hija de noble o caminante nada mas, no lo se. Solo estoy seguro que debo retirarme sin dar la espalda y alejar mis manos de la hoja que he sabido blandir durante años. Mis intenciones son plasmar en sus percepciones la seguridad de que soy inofensivo aunque a veces yo mismo descreo mis palabras.

Me limité a huir diplomáticamente, y callar los impulsos típicos de mi genero. Se, gracias a la sabiduría que en mi reside, que el llamado es mas profundo y multidimensional de lo que la limitada mente egóica puede entender. Y no me equivoqué.

Me limito. Solo hablo de lo que conozco.
Así que hice el silencio que mi ignorancia pasajera me reclama.
El viento arrastró las semillas para que juntas crezcan y den sombra a las espinas que intentaron derrocar el florecimiento.
Semillas Benditas.
Semillas Despiertas.

Años después del primer impacto y en secreto me arrodillo ante su majestad. Sigo siendo indigno.

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