3/08/2013

Habitacion clausurada.-


Una radio carraspea sintonías que van y vienen. El olor del abandono tomó el lugar como refugio y la poca luz que quedó en la habitación lucha por fugarse y no por iluminar.
Morir solo en una habitación de hotel.
Morir solo en un Hotel García. Morir solo como Tesla con los fantasmas de lo que no fue y silbando sonatas a dúo con lo peor, dedicarlas a quienes eligieron la estadía lejana y compartirla con nenas que ríen por no saber llorar.
El humo circunda la escasa luz que espía la escena del crimen de mi vida y los ecos de los  murmullos son tan potentes que dudar de la cordura es lógico y entendible. Los labios partidos, los gritos silenciosos que solo pudieron manifestarse cuando estalló la silla contra la pared y volvieron a astillarse los nudillos contra la mampostería alquilada. Ruinas de un imperio que jamás alcanzó el esplendor.

Aun se oyen en las noches de silencio los llantos sin contención y con vergüenza. Noches en las que no se debe subir las escaleras.

Los árboles mueren de pie todos los días. Aquel día falleció un bosque, crujieron las raíces y el conserje llego tarde por un par de vidas, nada más.
Recordadme ahora con Amor y fanfarrias. Cultivad los logros que no supe reconocer.

Ese día morí enojado.


No hay comentarios.: