8/29/2015

Nácar existencial


Reconocí el final de un ciclo hace no mucho cuando yacía en mis manos en plena magnitud el resultado de mis esfuerzos y procesos, siendo testigos todos de mis llantos y caídas, levantares y sollozos sin vergüenza, gritos públicos que no supieron ser oídos, a Dios gracias. Volví a caer en la ensenada cuando sumida en la expandida consciencia atravesé mis propias perpendiculares expresiones y hallase mi corazón exaltado y sumido en intriga, haciendo acto de revolucionario descubrimiento.

Los tutores al servicio y superiores consciencias me habían advertido hace ya mucho tiempo que mi obra no era sutil, que existía un corazón profundo albergando enjambres de grisáceas pestilencias que al encontrarme en impresos verbos se hallaría entonces no tan solo. Asumí la misión y cargué sobre mis hombros la responsabilidad de encender mis almenaras en el nombre de la resurrección cardiaca de aquel o aquellos anónimos miocardios titilantes. Colosal mi sorpresa cuando, a través de las almas inconscientes al servicio me revelan la verdad que permaneció siempre, siempre frente a mi ojo y no supe reconocerla. Hoy mi cardíaca maquinaria existencial no solo se propaga, se ha convertido en órgano supremo en la carrera del descubrimiento y exploración de la realidad en la que hoy, reconociendo la matriz en la que me hallo sumergido, tipeo desde mi desvencijado escritorio.

Esputé Peter Pan Advice bajo la imperiosa necesidad de informaros, humanos atentos y distraídos, a modo de críptico boletín informativo cual gaceta de espionaje oculta a la publica exposición, que los escombros de los bombardeos auto inflingidos durante una década y un año exactamente, empezaban asentarse y, ni lentos ni perezosos mis pueblerinos interiores iniciaron la reconstrucción de la ciudadela de plata en la cual resido hoy. Hemos visto más de la vida y no es metáfora.
No me permito considerarme un igual a usted, laboriosa entidad victima de la rutina y filosófico entendedor de la vida cual suceder de hechos disconexos y consecutivos dirigidos por el azar nada mas. Porto bajo mi capa mágicos artilugios que me permiten, a través de la etérica ciencia que no fallece, adaptarme con precisión e inclusive comodidad a los violentos senderos que la existencia misma, en cooperación y fluctuando en sintonía con los obrares de los avispados contemporáneos toma avanzando a paso redoblado sin un destino estático. Perseguimos nubes.
Voy a hacer un spoiler cuántico y voy a confesaros, autómatas caminantes, que nuestras propias sombras han mantenido ocultas las llaves durante los periodos que nos anteceden. Os invito a mirar bajo la alfombra. No, ahí no. Más adentro, muy adentro, donde el barullo de las voces mentales no alcanza, donde la luz no proviene del sol ni se refleja en espejos.


Supe entonces que me había convertido en alguien diferente, he sido testigo de la maquinaria tras bambalinas de este eterno acto vivencial y no soy el único. Sin embargo comprendo que la diferencia entre quien expresa y los antiguos y contemporáneos exploradores triunfantes reside en el camino de la comunicación y su método. Me niego rotundamente a servirles en bandeja a ustedes, vagos de la indagación existencial, las recompensas del buceo a profundidades experimentales en la propia mierda. No voy a simplificar mis argumentos ni ser claro, no estoy interesado en ser lazarillo de entidades curiosas, ni que me posicionen en conceptuales peldaños que no me interesa siquiera considerar.

Dominé hace no mucho el uso de los alquímicos utensilios necesarios para moldear las piedras filosofales que, contrario a las populares creencias, existen y lo hacen irradiando en todas direcciones. No obtuve poderes como un súper héroe, siempre los tuve.

Hoy, recordad el momento, he comenzado a hacer uso de todos ellos. Domino la creación y lo hago consciente e inconscientemente, aplicando énfasis en la tácita impresión, forjando memorias en tus subconscientes pliegues. En el perfecto momento, ni antes ni después, las heridas se abrirán paso sin importar los vendajes y la secreción como revestimiento de los nácares existenciales se interpondrán en tu camino. El resto es tu responsabilidad.

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