Colapsan como enanas, irradian una frecuencia de poder altamente destructivo si acaso nos alcanzara ajenos a la milenaria alquimia de la naturaleza de mi universo.
A mar abierto cerré las velas. El murmullo constante del mar desarma las ansiosas voces habituales de la alborotada residencia mental.
Para esto nos entrenaron.
Oh999!
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